Hoy a través de barandas plateadas impecables a la vista, miraba a mi niña grande dormir débil.
En el rato de hidratación por intravenosa, hay mucho tiempo para perder el tiempo en redes sociales, y confieso, alcance a hacerlo hasta que vi que tenía poca pila en el teléfono. Aun falta una hora o más y debo reservar pila para llamar al papá, pensé.
Así que guardé mi teléfono en la mochila.
Hoy a través de barandas plateadas impecables (a la vista), miraba a mi niña grande dormir.
La vi a ella, respirar raro, profundo, de vez en cuando movía sus manos como con impulsos de algún sueño.
Cuando la doctora dijo que le canalizaría una vena para ponerle suero, pensé en el momento de la aguja, mi china berreando a todo pulmón como lo suele hacer por una roncha, la enfermera haciéndose a la que no pasa nada, todo está bien tengo la situación controlada, y yo tratando de mantener la calma y serenidad, porque sé que si yo estoy tranquila tendré más posibilidades de que mi hija de 6 años logre superar el hecho de que le van a meter una aguja en una vena por primera vez en su vida y estar tranquila.
Si yo tuviera 6 años también berrearía, creo que de hecho lo hice.
Hoy a través de barandas plateadas impecables (a la vista), miraba a mi niña grande.
Mi niña ha crecido.
Es en los momentos de más crisis, cuando en verdad se nos sale el alma. No lloró, si se asustó, pero logramos respirar juntas. No hubo drama. 🙂
Hoy a través de barandas plateadas impecables (a la vista), miraba a mi niña.
Tengo una niña de 6 años, ella es rebelde pero juiciosa. Creo que es más intelectual que artista, pero le encanta la música, obvio, lo que se hereda no se hurta decía mi madre. Ya tiene sentimientos por otras personas, ya tiene cierto sentido de responsabilidad. Junto con mi pareja, estamos criando una linda persona.
Hoy a través de barandas plateadas impecables (a la vista), miraba.
Hay dos canecas en la esquina entre la mesa y la camilla. Una verde para residuos ordinarios, una roja para residuos peligrosos, y más arriba una caja pequeña roja para los objetos corto punzantes. Cuando llegamos todo se veía limpio aunque en realidad no soy de las detalla mucho eso antes de su primera canalización. Cerré la cortina del cubículo para poder ver más de cerca y me adentre en lo que yo creía fue el pasado inmediato a nuestro momento en ese cubo gris y frío. Bueno también tenia azul.
La caneca grande roja está a medio llenar, vi otra manguerita de esas de canalización, algodones sin sangre, y gasa. La caneca verde tenia papeles, y cintas, nada que me llamara la atención, estaba a medio llenar. En realidad no vi mucha sangre, seguro fue una mañana tranquila. Para poder ver cuantas agujas hay en la caja chiquita toca golpear con disimulo para que suene, y así calcular cuantas agujas hay, eso sí con cuidado y disimulo para no llamar la atención de las enfermeras que, mientras yo me siento super espía, ellas hablan de la mudanza de la clínica. (puedes tocer para que no escuchen el golpe).
Toc, toc, la caja roja chiquita tiene pocas aguja.
Debe esta ahí hace días. No creo que las cambien todos los días o sí?
Las divisiones de los cubículos son como de oficina. No están al ras del piso, seguro para poder pasar el trapero por si alguien se desangra. Arriba también está separado del techo, me imagino que para que circulen los olores? guac!
Al lado de la clínica están haciendo un conjunto residencial, se sentía cierto temblor en el suelo, ojo diferente suelo a piso. Era una vibración profunda. Sonaba al fondo una mujer que lloraba en silencio. Parecía que lloraba también desde el suelo. Se la llevarían a otro hospital. Su familia llego al instante (el esposo llamo a la hija o hijo a avisar, pero le dijo que no era grave. Pensé si lo dijo por no preocuparlo, pues había escuchado el llanto de la mujer antes. Estaba también el hijo y la hija).
Sonaba el pito del aparato que le mide a uno el guere guere del no sé qué, será el mismo que suena cuando uno se muere conectado?
Las enfermeras chismoseaban sobre la mudanza de la clínica. El doctor escuchaba los mensajes de voz de su mujer.
La de aseo entro al baño y lo limpió, cuando salió nos miramos y sonreímos.
Hoy pensaba en nuestra vulnerabilidad ante el existir, estar vivo.
Quiero invitar a mi esposo a cenar.
Tengo otro matrimonio en dos meses, quisiera ponerme un vestido rojo con flores.
Mis hijas son pajesitas, tengo que buscar el vestidos.
Cómo estará mi esposo en casa con mi hija pequeña? si no llama todo bien 🙂
En el cuarto de mi madre apareció un alacrán, vivo.
Ya pasaron 45 minutos y pude procrastinar en mi mente. Creo que voy a ver menos teléfono y tener más tiempo de contemplar.
… me fuí por un jugo…
…
Hoy a través de barandas plateadas impecables (a la vista), miraba.