Ese día después de muchos de andar a la carrera, comenzó despacio. Yo con el propósito de disfrutar más los momentos, de sacar más tiempo para la familia, para mí, quitarle tiempo al trabajo, y usarlo en un café, un dibujo, un juego de escondidas, hacer tareas de ciencias o solo echarse en la hamaca.
Me fui temprano a recoger a las niñas al colegio. Había llovido, después de varios meses de sequía, de ver cómo día a día las hojas de los árboles perdían fuerza, de ver cada vez más tierra y menos pasto. Llovió duro y limpio el aire, la vista y los colores. Mis sentidos percibían limpieza. Mi corazón percibía limpieza.
Era un buen comienzo para que todo en mi pudiera estar balanceado.
Corte
Del tablero del carro salía humo o polvo, yo no lograba entender lo que había pasado. Un voz en mi conciencia me decía, -revísate, y ten calma-. Me vi la cara en el espejo, mi boca estaba reventada. Me dolía la mandíbula y el brazo izquierdo. No podía mover mi dedo meñique. Al mismo tiempo, justo y exactamente al mismo tiempo que yo me hacia este diagnóstico, una mujer gritaba, lloraba, una niña también, un grito mezcla de dolor con temor. Tenía que bajarme del carro.
Corte
Prendí el carro, busque en la app, ese disco de pink Floyd. Conecte el manos libres y emprendí camino. Una suave neblina y una llovizna ligera acompañaban la música.
Corte
La veo venir hacia mí con cara temerosa, no tuve tiempo de prepararme para el impacto. Es como si me hubieran arrebatado el poder de decisión, de pensar, de actuar.
Corte
Necesito que alguien recoja a las niñas. Llamo Catalina, hablo con la miss, llamo a jardín, hablo con el director. Llamo al seguro, no sé qué hay que hacer. Del seguro me dan instrucciones que olvido el instante después de cada palabra. Solo tengo 5% de pila. Me tiene que llamar el abogado y me duele la mandíbula mucho. La niña llora, la mamá también, el papá con la nariz ensangrentada trata de calmarlas. Aparece gente, alguien grita que llamen una ambulancia. Las niñas. Mi esposo. Esta dictando clase, no lo voy a interrumpir, le tomo una foto al carro y le digo, me estrellaron, estoy bien, llámame cuando puedas. Aparase una cara conocida. El seguro llama me da más instrucciones que yo olvido al instante, les doy el número de teléfono de la persona que tengo en frente. Me queda 4 % de pila. Mi computador está en el carro, llegan los bomberos. Llegan otras dos caras conocidas que ven la escena aterrados. Y yo no me callo, No me quedo quieta. No paro. Alguien se acerca y me dice se va la ambulancia usted debería ir con ellos. La silla de la chiquita, mi computador. Mi esposo. Las niñas. Dejo las llaves? Quién va dar mi versión del hecho? Eso lo dejan en el croquis. El seguro dijo algo de un croquis. Todos me dicen que me suba a la ambulancia. El policía me dice que me valla tranquila, que todo está en el croquis. Y así transcurren 15 minutos en cámara rápida. Estoy a mil, calmadamente a mil.
Corte
Paramédica: Edad?
Yo: eeeeeee, espere no me acuerdo.
Paramédica: se golpeó la cabeza?
Yo: no.
Paramédica: Perdió el conocimiento?
Yo: no. Del 77 al 2017 son 40 y al 2019 son dos. Tengo 41.
Paramédica: Numero de cedula
Yo: espere que voy a llamar a mi esposo.
Corte
Está lloviendo duro. Disfruto ver como el agua se comienza a abrir camino por el camino. Como el ritmo de las gotas cayendo del techo aumenta hasta volverse pequeños chorritos de agua. Como el viento suave salpica la ventana. Los colores se tornan brillantes, plateados.
Corte
La veo venir hacia mí con cara temerosa, no tuve tiempo de prepararme para el impacto. Es como si me hubieran arrebatado el poder de decisión, de pensar, de actuar.
Corte
Ese día después de muchos de andar a la carrera, comencé despacio. Y en un instante, unos segundos todo pasó. El miedo llegó.
Corte
Ese día después de muchos de andar a la carrera, comenzó despacio. Yo con el propósito de disfrutar más los momentos, de sacar más tiempo para la familia, para mí, quitarle tiempo al trabajo, y usarlo en un café, un dibujo, un juego de escondidas, hacer tareas de ciencias o solo echarse en la hamaca.
Corte
Necesito que alguien recoja a las niñas. Llamo Catalina, hablo con la miss, llamo a jardín, hablo con el director. Llamo al seguro
Corte
Había llovido, después de varios meses de sequía, de ver cómo día a día las hojas de los árboles perdían fuerza, de ver cada vez más tierra y menos pasto. Llovió duro y limpio el aire, la vista y los colores. Mis sentidos percibían limpieza. Mi corazón percibía limpieza.
Corte
La niña llora, la mamá también, el papá con la nariz ensangrentada trata de calmarlas. Aparece gente, alguien grita que llamen una ambulancia.
Ese día después de muchos de andar a la carrera, comencé despacio. Y en un instante, unos segundos todo pasó. Todo se sintió.